Niña en visita dental
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Miedo al dentista: Cómo surge y formas de superarlo

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Siendo honestos, ¿a cuántas personas les gusta realmente ir al dentista? Muchas se quejan de tener que acudir a las citas de revisión y tratamiento, es algo habitual. Sin embargo, llega un momento en el que esta aversión se convierte en un trastorno psicológico. Veamos los motivos por los cuales una aversión general puede desembocar en un nerviosismo incontrolable o una aprehensión crónica.

¿Qué es la fobia dental?

La fobia dental puede denominarse miedo al dentista, odontofobia, dentofobia o ansiedad dental. Psicológicamente, es un miedo general a la odontología, a sentarse en la silla del dentista o a someterse a un tratamiento bucodental. Puesto que una aversión leve al tratamiento dental puede dar paso a la ansiedad, la persona afectada puede llegar a evitar el cuidado dental por completo. Si la ansiedad se eleva hasta un punto en el que afecta a las decisiones para cuidar la propia salud, puede tratarse de fobia dental.

Existen varios factores capaces de elevar el nivel de ansiedad, que pueden experimentarse por separado o simultáneamente. Muchos de estos factores estresantes están presentes en una consulta dental, tales como el olor de los productos dentales (especialmente los medicamentos de olor intenso, como el eugenol y los blanqueadores), la visión del instrumental dental (por ejemplo, agujas y fresas) y el sonido de las herramientas (como el taladro) en la consulta. Los pacientes pueden asociar estas respuestas sensoriales a experiencias dentales previas, específicamente si fueron negativas y les causaron gran impresión en el pasado.

Consejos para pacientes con odontofobia

Quienes padecen fobia dental pueden mostrar síntomas de pánico y ansiedad, los cuales aumentan antes o durante una visita al dentista. Por suerte, la administración previa de un ansiolítico y las técnicas de afrontamiento psicoterapéuticas pueden servir para aliviar estos ataques. Algunos investigadores de la Academia Sahlgrenska de Suecia, parte de la Universidad de Gotemburgo, han determinado que los pacientes fóbicos pueden usar estas opciones de forma eficaz para calmar el miedo a la consulta dental. La revista Acta Odontologica Scandinavica publicó los resultados del estudio, cuyas técnicas incluyen:

  • Practicar el autodiálogo positivo y la autoeficacia; decirse a sí mismo que es capaz de hacerlo.
  • Ser optimista; decirse a sí mismo que todo irá bien y que el dentista es alguien en quien se puede confiar.
  • Distraer los pensamientos; entretenerse con juegos de palabras o escuchar música, para asociar la experiencia con algo agradable.
  • Distanciarse de las actividades de la consulta dental; usar la imaginación para distraerse durante el procedimiento.

Cómo puede ayudar el dentista

Muchas consultas dentales tratan de facilitar el proceso, con independencia de su especialidad. Si hay televisor, por ejemplo, normalmente le preguntarán qué prefiere ver. El cirujano maxilofacial Frasher Hendrie comparte métodos adicionales en su red contra la ansiedad dental, uno de los cuales consiste en crear vías de comunicación con los pacientes. Permitir que expliquen qué les preocupa es algo bastante común. Además, muchos médicos dejan que los pacientes les cuenten sus experiencias. Exponer las preguntas y dudas de antemano ayuda al dentista a reducir el miedo a no saber qué está pasando y a desdramatizar la visita, tanto para el paciente como para sus familiares.

Los mejores profesionales dentales también se esfuerzan por ser puntuales cuando reciben a un paciente fóbico. No es extraño que, si se le deja en la sala de espera, un niño o adulto ansioso se marche en caso de que se eleve su nivel de ansiedad y se desencadene su respuesta de lucha o huida. Si busca una consulta que observe estas prácticas, opte por un centro visualmente agradable. Si hay menos artículos «amenazantes» a la vista, los pacientes que sufren odontofobia llevarán mejor la visita.

Al identificar los temores de cada paciente y trabajar para resolverlos de forma individual, los médicos pueden crear una situación ideal en la que desarrollar el tratamiento dental. Lo mejor que puede hacer es siempre mantener el máximo nivel de salud. Comprometerse a acudir a las revisiones periódicas y utilizar un dentífrico que ofrezca una protección completa le convertirá en un paciente cada vez más fácil de tratar.

Acerca de la autora: Emily Boge, RDH, BS, MPAc, actualmente es una estudiante del Máster en Ciencias de la Salud en el Ámbito Público en la Upper Iowa University y ha trabajado como dentista desde 2003 en Manchester, Iowa. Es la propietaria de Think Big Dental, una firma de asesoría e información especializada en la formación para empresas y profesionales del sector de la salud que trabajan como odontólogos.

La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud oral. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu dentista u otro proveedor de salud Calificado y Dile siempre cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.