Quizá siempre haya querido lucir una preciosa sonrisa blanca. O puede que los dientes se le hayan puesto amarillos con el tiempo. O que no esté contento con las manchas provocadas por el café, el té o los refrescos de cola. Sea cual sea el motivo, no es la única persona a la que le gustaría tener unos dientes más blancos.
Cada persona tiene su propio color de dientes, igual que tiene su propio color de pelo y de piel. Hay dientes que son más amarillos que otros y hay dientes que amarillean con la edad. Además, el color natural de sus dientes se puede ver afectado por muchos factores.
Las manchas superficiales y la decoloración interna pueden deberse:
- Al proceso natural de envejecimiento
- Al tabaquismo (fumar o mascar tabaco), el consumo de café, té, refrescos de cola, vino tinto y alimentos de color fuerte, como las cerezas y las moras.
- A la acumulación de placa y los depósitos de sarro
- A la ingestión de flúor en exceso (más de dos partes de flúor por millón de partes de agua) durante la formación de los dientes, lo que les da un aspecto "moteado"
- Al tratamiento con antibiótico tetraciclina durante la infancia
- A traumatismos sufridos por los dientes, que pueden causarles un color marrón, gris o negro
Hay muchos motivos para blanquearse los dientes, entre ellos:
- El aumento de confianza en sí mismo y la autoestima que se siente al tener una bonita sonrisa
- Parecer más joven
- Una ocasión especial, como una boda, una entrevista de trabajo o un reencuentro con viejos amigos
- Dar una buena primera impresión a la gente
- Sencillamente eliminar años de manchas y amarillamiento diario
Antes de iniciar cualquier procedimiento de blanqueamiento, acuda a la consulta de su dentista. Sólo el dentista puede evaluar qué tratamiento es el adecuado para cada caso.
Profesor:
Dr. Ignacio Corral Pazos de Provens
Doctor en medicina y cirugía . Especialista en
Estomatología. Master en Periodoncia e
Implantología por la UCM
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